La longitud total de la tira es de 3.96 m, dividida en 24 dobleces (hojas) de 16.5 cm. por 15.5 de ancho. De las 48 “páginas”, (anverso y reverso de cada cuadrete de piel), están escritos 46; 24 del anverso y 22 del reverso. Las “paginas” no escritas del reverso corresponden una a cada extremo de la tira y en ellas van pegadas la guardas que son de piel endurecida conservando el pelo del que ya solo existen rastros. Es  pues, un ejemplar debidamente diseñado y terminado a la perfección para albergar su contenido. Aspecto este nada fácil, como puede observarse en la manufactura de otros códices.

Sobre los cuadretes de piel se hizo una imprimatura de estuco muy fino de color blanco a manera de base para la escritura. El documento que tenemos ante nosotros es un Tonalpohualli cuya mecánica es la siguiente. El Tonalpohualli, consta de 260 días que a su vez están distribuidos en veinte trecenas. Cada trecena contiene trece elementos distintos también llamados “casas” junto con un numeral que define el carácter de la misma. De esta manera se combinan tanto carácter como destino y tiempo del mismo. Como se dijo en un principio, esto es antes que nada un trabajo editorial pero que a lo largo de los años de búsqueda de raíces aparentemente perdidas, se ha podido rescatar una parte pequeña de ese conocimiento.